Siete hierbas mezcladas con mayonesa, yogurt, crema agria o queso: esos son los componentes de la salsa favorita de los residentes de Hesse. La Grüne Soße se sirve fría con distintas comidas. Puede ser a modo de entrada con huevos duros y patatas, o al lado de algún corte de carne asada o filete empanado.
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Literalmente “queso de mano con música”, esta especialidad de queso de leche agria se sirve en casi todos los restaurantes típicos como un aperitivo. Tradicionalmente, el queso curado reposa durante un tiempo en un adobo a base de vinagre, aceite, semillas de alcaravea, sal y pimienta y se disfruta como con sidra y pan. La "música" alude a los ruidos que hacen las cebollas crudas durante los procesos digestivos posteriores.
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El codillo de cerdo asado es una especialidad de la cocina alemana que se conoce también bajo la denominación de Hachse, Hechse o Haxe. Se suele servir acompañado de puré de guisantes, patatas o con Sauerkraut (Chucrut).
El Frankfurter Rippchen se sirve con chucrut, puré de patatas y mostaza y consiste en chuletas de cerdo gruesas, curadas y cocidas a fuego lento. Y no, no es carne cruda, el color rosado se debe al proceso de curación, ya sea en chucrut o caldo de carne.
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Tafelspitz es en realidad una especialidad de Austria y la variante de Frankfurt se diferencia en las guarniciones y la salsa. Tafelspitz es como se conoce en la cocinas bávara y austriaca a la carne de ternera cocida al estilo vienés: hervir una buena carne hasta dejarla suave y jugosa. Suele emplearse la parte trasera de la ternera y cercana a la cola (a la que se denomina en alemán Tafelspitz).
La famosa salchicha que lleva el nombre de la ciudad está hecha de carne de cerdo embutida en tripa natural de oveja. Su logrado sabor se debe a un proceso especial de ahumado. En muchos sitios suelen servir un par de salchichas con una rodaja de pan negro y aderezo a elección. La salchicha vienesa fue hecha por un carnicero de Fráncfort que emigró a Viena, por lo que su sabor es muy similar. Sin embargo, la austriaca suele ser un poco más espesa y sin ahumar.
El pastel de cebolla se come principalmente en otoño y se acompaña con vinos de poca graduación alcohólica o con sidra. Se trata de una tarta cuadrada o redonda hecha de masa de levadura con una cobertura de cebollas y semillas de alcaravea. En algunas variantes también se utilizan cubos de tocino. A diferencia de la tarta flambeada, aquí las cebollas no se usan crudas, sino picadas y cocidas al vapor en mantequilla. Solo entonces se mezclan con los ingredientes restantes y la masa se sazona con semillas de alcaravea y sal. La alcaravea ayuda a la digestibilidad de este plato bastante graso.
Probablemente la salchicha de ternera más famosa del mundo. No existe una receta secreta específica para la Rindwurst, pero sigue siendo la más popular en Hesse y ahora está disponible en casi todos los restaurantes. Sabe mejor con pan oscuro y mostaza picante.
Los spaetzle son pastas hechas de harina, sal y huevo con una forma irregular y una superficie rugosa y porosa. A diferencia de otros fideos, la masa se revuelve y no se amasa. Es la única pasta que ya se cocina durante la producción.
El Weckewerk es una especialidad Turingia y el norte de Hesse que consiste en una masa de carne hecha de panecillos rancios, restos de carne o carne picada, cebollas, especias y caldo. Se puede comer como salchicha, hervida en frascos o recién sacado del sartén. Suele acompañarse con patatas hervidas y pepinillos. También se sirve frío para untar con pepinillos. Originalmente, surgió al procesar las sobras de la fiesta de la matanza y hoy suele hacerse para aprovechar sobrantes de comida.
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El pastel de tocino, también conocido como "pastel verde", está hecho de una masa madre de centeno se extiende sobre una bandeja y se cubre con puerro, tocino empanado, crema agria y huevos y se hornea. Tradicionalmente es cocinado por los panaderos con el calor residual del horno se vende en día en panaderías, puestos de bocadillos, mercados y ferias.
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Se trata de queso quark prensado a través de un colador, que se amasa con huevo, alcaravea y sal y se esparce sobre una tabla de unos 4 cm de grosor. Hoy el Spundekäs se elabora con queso crema y quark cremoso con pimienta, pimentón dulce y es popular como un pequeño refrigerio, especialmente por la noche.
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Es un pastel esponjoso de tres capas con dos pisos untados con crema de mantequilla y mermelada de fresa o cereza; más una cubierta con aún más crema de mantequilla y finalmente se espolvorea con trocitos de nueces, almendras o castañas caramelizadas. Su nombre, en alemán "corona", homenajea a los reyes y emperadores alemanes coronados en Fráncfort.
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Bethmännchen es una especie de dulce elaborado con mazapán muy típico de las comarcas alrededor de Fráncfort. Se suele decorar con azúcar glasé y agua de rosas. A la masa se le da forma de bola y se suelen adherir algunas avellanas o almendras.
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Son galletas de té tradicionales de Fráncfort que se conocen desde la Edad Media. Se elaboran con la misma masa de mazapán que los Bethmännchen, que son más populares hoy en día, pero a diferencia de aquellos, la masa del Brenten tiene forma de pequeñas galletas, a menudo decoradas con almendras cortadas por la mitad y horneadas. Se consumen principalmente durante el Adviento y la Navidad.
El Apfelwein tiene su propia parafernalia: se lo traerán en un Bembel, una jarra de gres pintada con patrones de filigrana, y se vierte en un vaso con un patrón acanalado, conocido como Gerippte. También se le entregará un Deckelchen, un pequeño disco de madera para mantener a los insectos voladores fuera de su vaso. En cuanto al sabor, es refrescante y agrio. Si realmente te pica el gusanillo de Apfelwein, hay un tranvía turístico que te permite disfrutar la sidra local mientras recorres la ciudad.
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Es una bebida especial de Hesse que se ofrece principalmente en las sidrerías de Fráncfort. Se trata de una combinación de aguardiente o brandy de manzana y un níspero en escabeche. Sin embargo, no se trata del níspero común que está muy extendido en la región, sino del níspero japonés. La bebida procede probablemente de la inmigración francesa en la región.
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Varios fabricantes y bares en la ciudad ofrecen el vino rosado de manzana: El producto se crea agregando una pizca de jugo de grosella al vino de manzana. Las variantes rosadas tienen un contenido de alcohol ligeramente más bajo y un sabor más dulce y afrutado que la sidra original.
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